LA IMPORTANCIA DEL MUNDO FILOSOFICO Y ESPIRITUAL PARA LAS PERSONAS MAYORES
Estephano Garrido Ortiz, psicólogo (garridoestephano@gmail.com).

Para todo ser humano es relevante la integridad, ese concepto que busca concretar cada aspecto de nuestra vida como una plenitud que nos lleve a tener una calidad de desarrollo personal necesario para afrontar la existencia de la mejor manera. No es solo la salud, la economía o la educación un norte que debemos potenciar constantemente en nuestra vida, también es recomendado que podamos tener un excelente desarrollo filosófico y espiritual.
Cuando nos ponemos a pensar en filosofía, muchos caemos en la idea casi caricaturesca de la materia, e incluso, el momento se puede prestar para poder lanzar algún chiste al respecto preguntándonos cosas profundas pero de manera superficial.
Pero la filosofía va más allá, no es solo que nos dediquemos a cuestionarnos los problemas existenciales del universo, tampoco es que siempre nos invite a caer en crisis interiores, aunque a veces pueden llegar a ser necesarios. La filosofía intentar alcanzar un límite más lejano, busca que nos logremos hacer las preguntas correctas.
Cuestionaremos entonces, ¿cómo puede ser útil para una Persona Mayor la filosofía? Bueno, sepamos que nunca es tarde para nada, porque el tiempo solo mide cosas que son tangibles o perceptibles para nosotros, pero nuestra mente, nuestra alma (de haber una) y nuestra forma de sentir es siempre la misma, desde que nacemos hasta que morimos. Es por ello que el primer punto de interiorizarnos en la filosofía, es que no tiene un límite de edad para reflexionar, por ende, las Personas Mayores pueden ir interiorizándose en ella y dar buena cabida a la misma.
Para una Persona Mayor, que viene de culturas anteriores, de “otros tiempos” o incluso, de una forma de ver la sociedad de una manera puntual, la filosofía les abrirá un mundo de comprensión. Comenzaremos a entender los fenómenos de la vida social de manera distinta, la política o la economía, así como también podremos interiorizarnos en el funcionamiento de ello y el rol que cumplimos nosotros mismos. Esto da un espacio de apoyo a las Personas Mayores que usualmente presentan una crisis en la participación social, pues las sensaciones de utilidad y productividad son influyentes y prejuiciosas al respecto.
Otro aspecto valioso de la aplicación de la filosofía, es que nos permite tomar un poco de distancia para poder ver la realidad, percibirla de una manera diferente y también ser críticos con ella. Este punto nos entrega una habilidad superior, pues también somos sometidos a evaluación respecto a lo que nosotros mismos hacemos y qué podemos hacer para mejorarlo. De alguna manera, el enriquecimiento de la filosofía se ve reflejado en el lenguaje, en el como construimos nuestra realidad, la percepción al respecto y cómo influimos en ello.
En el concretismo, podemos dar la conclusión de que la filosofía para las Personas Mayores los apoya en la mejor implementación de su tiempo libre. Recordemos que la misma materia nace desde el ocio, desde la capacidad del ser humano de detenerse y reflexionar. Esto permitiría una vitalidad más activa y productiva con nosotros mismos, con nuestro tiempo y nuestras pasiones, la filosofía es un complemento necesario en el día a día, para pensar más racionalmente, para poder determinar en que momento podemos abrirnos a sentir un poco más y para encontrar excepciones en nuestra vida, como herramientas para sentirnos mejor.
Las Personas Mayores la necesitan para darle un nuevo eje a su vida, para poder comenzar a distribuir de mejor manera su tiempo y sobre todo, preguntarse las cosas de la manera correcta, y no como los demás piensan que podemos llegar a sentirnos.
Ahora, más allá de eso ¿por dónde partir?, bueno, en realidad podemos comenzar a leer filosofía clásica, Sócrates o Platón. Existen métodos de aprendizaje que pueden ser cronológicos, pueden ser quizás más focalizados en temas centrales que queramos aprender. Atemporales quizás, hoy en día, por ejemplo, el Estoicismo ha tomado fuerza nuevamente, Marco Aurelio, Epicteto o Séneca. Este último movimiento nos ayuda a comprender la vida de una manera racional, intensificando la reflexión de ser conscientes de que cosas están bajo nuestro control y cuales no.
Inevitablemente de la mano va el concepto de espiritualidad. El mundo espiritual de las personas tiene una relevancia importante en el día a día, el concepto de “Mente, cuerpo y alma” hace referencia a la importancia de este. Una corriente filosófica que se ha vuelto también parte de una religión no teísta (sin dios) es el budismo.
El budismo puede aportarnos de manera trascendental en todos los aspectos de nuestra vida, desde la fe, desde los hábitos y por supuesto, de la perfección de nuestras virtudes. Nos invita a comprender la vida de una manera diferente, como parte de algo más grande.
La auto percepción de la Persona Mayor es variante. Independiente de lo que uno puede pensar, se ve como cómplice pasivo de varias circunstancias externas, en un artículo anterior por ejemplo, hablábamos de la cultura anti senil y todos los factores que ella tiene en la vida diaria de las Personas Mayores. Es acá donde el mundo espiritual participa de una manera relevante, pues, nuestras habilidades blandas, nuestras virtudes y nuestros valores se ven siempre atravesados por la intencionalidad que nosotros le damos.
Cuando hablamos de mundo espiritual, hablamos de la capacidad intrínseca del ser humano de poder perfeccionarse a sí mismo constantemente. No en la búsqueda de ganarnos a nosotros mismos, ni de intentar por este medio conseguir éxito, estas cosas son extras que se pueden llegar a acceder eventualmente. Pero el centro de todo esto, es la capacidad que tenemos de poder ser mejores personas con los demás y con nosotros mismos.
No es que exista un miedo a ser juzgados o enjuiciados por algo, es por un tema de amor propio primeramente, es el reconocimiento del mundo interno de cada persona y la importancia que este tiene para poder existir. El mundo espiritual, sea cual sea la filosofía y/o religión que se siga, busca poder dar comprensión de las cosas de una manera positiva y enriquecedora, no se aleja jamás de la intencionalidad de aprendizaje que se tiene de toda la experiencia de la vida.
Y la vida probablemente no deja nunca de ser una experiencia; Buda comentó que incluso mientras moría, estaría aprendiendo a morirse. Ese es el norte de la filosofía y la espiritualidad, hacernos amigos de la sabiduría para poder comenzar a comprender el mundo de mejor manera, que el mundo se adapte a nosotros y no nosotros a él. La invitación es a poder interiorizarse en uno mismo, a poder cuestionarse cosas, todo nace de preguntas simples, que eventualmente nos llevarán a preguntarnos cosas cada vez más profundas. ¿Por qué me siento así? ¿Qué quiero de mi mismo? ¿Hacia donde voy? Y desde ahí, poder entrar a otros conceptos.
Lo cierto es que nunca es tarde para aprender a filosofar y así poder comenzar a ver las cosas de otra manera. Desde ahí nacen reflexiones tales como “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti” (Buda); “El corazón tiene razones que la razón ignora” (Blaise Pascal); “Pocas veces pensamos en lo que tenemos y muchas en lo que nos falta” (Arthur Schopenhauer) o “El secreto de la felicidad no es siempre hacer lo que se quiere, sino que querer siempre lo que se hace” (Tolstoi). Todos estos pensamientos no serían posibles, si no pudiéramos pensar, todos podemos pensar, todos podemos filosofar.