TODO LO QUE TIENEN QUE SABER LOS CUIDADORES DE PERSONAS MAYORES

Ser cuidador o cuidadora de una Persona Mayor con dependencia es una tarea agotadora. Y claramente la persona no tiene por qué estar preparada física y, sobre todo, psicológicamente para asumir esta responsabilidad. Entonces, la salud del cuidador o cuidadora pasa a ser tan importante como la salud de la Persona Mayor cuidada.

Los cuidadores de Personas Mayores tienen una amplia gama de responsabilidades para asistir y atender a la persona a cuidar, convirtiéndose en un apoyo integral para su bienestar físico, mental y emocional. Algunas de sus principales funciones son:

  • Asistencia en actividades diarias: ayudar con baño, vestido, alimentación, movilidad, ir al baño, tomar medicamentos, etc.
  • Compañía y supervisión: hacerles compañía, conversar, motivarlos a realizar actividades, supervisar su bienestar y seguridad.
  • Tareas domésticas: limpieza del hogar, lavado de ropa, preparación de alimentos.
  • Gestiones y trámites: llevarlos a citas médicas, hacer compras, pagar cuentas, gestiones administrativas.
  • Estimulación cognitiva: realizar actividades para mantener sus facultades mentales como lectura, juegos, manualidades, ejercicios de memoria.
  • Rehabilitación: ayudar con ejercicios indicados por fisioterapeutas, realizar masajes terapéuticos.
  • Cuidados de enfermería: administrar medicamentos, curar heridas, utilizar equipos médicos como oxígeno, tomar signos vitales.
  • Apoyo emocional: escucharlos, conversar, aconsejar, dar ánimo y compañía para aliviar la soledad.
  • Coordinar otros servicios de salud y asistencia: contactar médicos, enfermeras, gestionar equipos.

Para Solange Campos, de la Escuela de Enfermería de la Universidad Católica de Chile, esta labor debe ser asumida con mucha responsabilidad. “Cuidar es una capacidad que todos podemos aprender y desarrollar. Cuidar es poder ayudar a una persona que no puede realizar sus actividades por sí mismo, procurando siempre entregarle la mayor autonomía y bienestar. Sin embargo, en muchas ocasiones se llega a ser cuidador o cuidadora de manera inesperada, ya sea por un evento agudo como un accidente o una enfermedad, o por el paso de los años de un familiar. Por lo tanto, no siempre nos sentimos preparados para asumir esta responsabilidad. Es por esto que la aparición de la dependencia a un familiar representa un gran desafío para toda la familia”, explica.

 

Síndrome del cuidador

Debido a la carga que significa cuidar a una persona dependiente, es probable que el cuidador presente algunas consecuencias. Una de ellas es el síndrome del cuidador, nos cuenta Solange Campos, que se caracteriza por una serie de síntomas físicos y psicológicos. Por ejemplo:

  • Depresión.
  • Dolores, especialmente musculares.
  • Aislamiento social.
  • Angustia por no conocer las técnicas de cuidado.
  • Algunos problemas en sus relaciones familiares.
  • Interrupción de los planes de vida.

A pesar de lo anterior, para la profesional de la salud, también esta labor genera aspectos positivos. “Ser cuidador también genera valiosas gratificaciones, como por ejemplo la satisfacción de poder ayudar a un ser querido, el poder estrechar los vínculos afectivos, el poder desarrollar mayor confianza en uno mismo y también desarrollar la empatía”, detalla.

 

Cuidados para los cuidadores

Es muy importante que el cuidador o cuidadora tenga también una red de apoyo que la asista al realizar esta labor. También es conveniente buscar ayuda médica y/o psicológica cuando algunos de los síntomas mencionados se vuelvan difíciles de manejar. También el cuidador o cuidadora debe satisfacer sus necesidades básicas, como son una alimentación saludable, dormir, controlar sus enfermedades, especialmente si estas son crónicas, realizar alguna actividad física, poder manejar de una manera saludable sus emociones. Solange Campos nos enumera los cuidados que se deben tener.

 

  • Consumir porciones de alimento de tamaño moderado y evitar pasar más de 4 horas sin consumir alimentos. Se recomienda comer 4 a 5 veces al día. Preferir alimentos frescos y naturales como frutas y verduras y evitar alimentos altos en grasas, azúcares y sal.

 

  • Otro elemento clave para una vida sana es poder dormir al menos 7 horas todas las noches. Cuando esto no sucede, se producen una serie de alteraciones en el organismo, la cual la persona puede vivirlo sintiéndose irritable, cansada, somnolienta, también aumenta el apetito y con ello se aumenta de peso. Si el cuidado de la persona no le permite dormir de manera continua, ver la posibilidad de turnarse con alguien más, de manera de poder dormir algunas noches sin interrupción.

 

  • Es natural que, al estar viviendo una situación de alta carga de trabajo físico, emocional y económico, se sienta angustia, con miedo y a veces ganas de arrancar. Hay que conversar con alguien que ¿escuche y no ¿juzgue. Si estos sentimientos son recurrentes y no logran ser aliviados, hay que buscar ayuda profesional. Se puede obtener más información llamando a Salud Responde al 600-360-7777.

 

  • Si el cuidador tiene alguna enfermedad crónica, como por ejemplo diabetes, hipertensión arterial u otro, es muy importante que se tome regularmente sus medicamentos, que acuda a sus controles y que se tome los exámenes que sean necesarios. Es necesario aprender a pedir ayuda. Si se cuida a un familiar, es necesario que hable con la familia y plantear que se necesita que también otros familiares o cercanos se hagan cargo para que se pueda tener días y noches de descanso.

 

RECUADRO

 

PROGRAMA SENAMA PARA CUIDADOS DOMICILIARIOS

¿En qué consiste el programa?

El programa entrega servicios de apoyo y cuidados para la realización de las actividades de la vida diaria a Adultos Mayores que presentan dependencia moderada y/o severa, que no cuentan con un cuidador principal y que se encuentran en situación de vulnerabilidad socioeconómica, buscando mejorar su calidad de vida y el resguardo de su autonomía, dignidad e independencia.  

 

Todo esto se logra a través del financiamiento de proyectos de cuidados domiciliarios a instituciones públicas y privadas sin fines de lucro, que cuentan con experiencia de trabajo con adultos mayores dependientes.

 

¿Quiénes son beneficiarios?

Hombres y mujeres de 60 años y más, que presentan dependencia moderada y/o severa, que no cuentan con un cuidador principal y que se encuentran en el 60% según la calificación socioeconómica del Registro Social de Hogares. Además, deben residir en la comuna donde se implementa el proyecto de cuidados domiciliarios. 

 

¿Cómo pueden participar?

Los adultos mayores interesados en participar en este programa deben comunicarse al Fono Mayor: 800 400 035.